¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS IAN VICENTE OCTAVIO!!

Amado Ian

Dicen que la suerte no existe, entonces debe haber sido Dios. Solo El pudo decidir que un día tú llegaras a mi vida, y desde entonces tú y yo estamos juntos.
¿Quieres que te cuente?
Yo sé que sí…
Déjame contarte como sucedieron las cosas, para empezar, quiero que sepas que desde mucho antes de conocer a tu papá, yo ya soñaba contigo. No podía imaginar tu rostro, pero de alguna manera miraba tu sonrisa. Sabía que llegarías, te esperaba, siempre te soñé.
Un día, dejé de ser niña y entregué mi corazón a tu papi. La verdad es que me enamoré como loca. Habían muchas cosas que amaba de él y así empezaste a tomar forma en mi mente.
El y yo nos amábamos de verdad, y planeamos tu llegada en el verano del año 2000 entre un bosque de eucaliptos en la Cordillera.
No sabes con cuanta ilusión salimos a comprar tu primera ropita, los primeros pañales, también hilo para tejerte zapatitos, tú parecías querer participar, porque te movías tanto… que me costaba caminar.
Hablamos un poco en broma de que tal vez ya no cabías ahí. Yo siempre me sentí tan pequeñita pero tan orgullosa de tener en el vientre a mi primer hijo.
Tanto así, que aún dentro de mí, salíamos a caminar los tres, a pasearte. Sí, entonces éramos Tú, tu papá y yo.
Y que crees…. Llegó el día que más había esperado, un poco con miedo (al dolor claro), y con mucha emoción. Tu papá no quería perderse el evento, y pidió que le avisáramos para estar presente.
Ese día 22 de Noviembre del año 2000 a las 22:22 horas, me descubrí mujer, me descubrí madre, me descubrí feliz. No había otra cosa sobre la tierra que me produjera tanta felicidad como oír tu llanto por primera vez.
Y aunque no lo creas, y después de 7 años, todavía recuerdo con exagerada exactitud como se le quebraba la voz a tu papá cuando me decía… ¡estoy tan feliz!, ¡¡¡¡los amo tanto!!!!
Creo que ni él, ni yo sabíamos cuanto amor teníamos guardado para ti, y cuanta felicidad nos trajiste desde ese día.
Esta es la verdad, hijo, así sucedieron las cosas. Eres mi primer hijo, mi único hijo y te amo hoy mucho más que el primer día.
Hoy que ya eres un niño, que vas al colegio, que sabes a leer, sumar, restar y tantas otras cosas, me siento triste de ver que no he sabido hacerte feliz por completo y como te lo mereces.
Y es que tenemos ideas tan diferentes de lo que es la felicidad.
Te debo tantas cosas, te debo tiempo, te debo paciencia, te debo, te debo, te debo… y siempre te quedo debiendo.
La vida no me es fácil, tú lo sabes. Estoy ahora aquí en la oficina robando tiempo para escribirte, y ¿sabes porque?... porque es tiempo que te debo a ti.
A veces llego y siento tantas ganas de abrazarte, de oírte decir… hola mamá, ¡te estaba esperando!
Y me quedo siempre con las ganas, siempre estas jugando, como corresponde a tú edad.
A veces te enojas y te encierras en tu pieza…
¿Sabes? Tengo miedo, mucho miedo. La vida es tan corta y estamos perdiendo tanto tiempo…
Si es porque te presiono por la tarea, lo siento mi vida, quiero que estudies para que seas independiente, para darte armas para trabajar decentemente, quiero que seas fuerte, que seas digno, que tengas preparación, por favor no me hagas renunciar a ello.
Si es porque te insisto en que desayunes, disculpa. Te juro que no es por fastidiar. Es que me atormenta pensar que te puede dar dolor de cabeza estar en una clase de lenguaje o matemáticas con hambre. Es porque pienso que sin apetito puedes rendir más.
Si es porque no estoy contigo, disculpa. No es porque prefiera a la gente de la oficina, es porque tú sabes que es nuestra forma de vivir. Gracias a este empleo tenemos hoy la oportunidad de pagar tu escuela, tu ropa, y algunas cosas que te gustan.
Si es por los problemas constantes entre tu padre y yo, mil perdones.
Tú sabes que estamos luchando por solucionar esto.
No es fácil y tal vez nos lleve un poco de tiempo, pero estamos haciendo todo de nuestra parte por darte armonía en la familia.
Te pido disculpas mi amor, por todo lo malo que hayas recibido de mí, aún sin yo quererlo.
Te pido disculpas mi amor, por todo lo que no te he dado, por todo lo que te he quedado debiendo, por el tiempo que no he estado contigo, por a veces perder la paciencia, por desesperarme, por no saberte entender.

Yo te amo mucho, eso no lo dudes nunca. Quiero sentirte cerca como antes, como cuando dormías en mi pecho,cuando buscabas mi calor, mi mano, mi oreja para quedarte dormido… no te alejes de mí, tenemos muchas cosas por compartir, ayúdame a entenderte… estamos a tiempo aún.